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El tantalio se usa en los capacitores de las baterías de celulares, laptops, iPods, netbooks, etc.
Gracias a él ha sido posible que los aparatos electrónicos se hayan ido reduciendo en dimensiones, ya que el tantalio es lo que permite baterías más pequeñas y de más duración dentro de ellos.
La súper-demanda del tantalio generada por la súper-demanda de aparatos electrónicos propició que su precio se disparara y la lucha por el control de los territorios donde existe el coltán de incrementara, (el precio de 20 dlls por libra de tantalio en la década de los 90's ha dado un enorme salto hasta alcanzar 350 dlls por libra, debido a su alta demanda).
Un incremento de precio en los recursos naturales de cualquier país significaría buenas noticias, pero en el caso de los minerales de conflicto, no es así.
En DRC, la extracción de los minerales de conflicto está a manos de grupos rebeldes armados. Y a estos grupos armados les cayó como anillo al dedo el incremento de la demanda de coltán (para producir tantalio); inmediatamente decidieron aprovechar el negocio para su beneficio. Con las ganancias millonarias que genera la venta del coltán, estos grupos armados financian sus operaciones. Para asegurarse de mantener al mínimo sus costos de operación recurren a la única forma en que se pueden mantener casi utilidades netas en cualquier actividad: esclavitud.
Los grupos armados sometieron a las poblaciones en donde se encuentran las minas. Además de asesinar, mutilar y violar a miles de personas (hombres, mujeres y niños), los grupos armados se dieron a la tarea de literalmente esclavizar al resto.
Miles de niños se vieron forzados a trabajar bajo inexistentes condiciones de salubridad o seguridad. Largas jornadas, labores peligrosas, maltratos y torturas para realizar los trabajos, sin ningún servicio médico, todo esto mientras los capataces vigilan, rifle en mano.
Dentro de los cuartos de los miembros de la guerrilla, mujeres y niñas son mantenidas cautivas como esclavas sexuales y sirvientas para los miembros del grupo armado.
Desde 1998, cientos de miles de personas han sido asesinadas en el conflicto armado de DRC. Las ganancias del coltán no han tocado nunca las arcas de DRC, ya que van directamente al bolsillo de los grupos armados. Es un negocio redondo donde las únicas pérdidas han sido los hombres, mujeres y niños, que pagaron con sus vidas el haber nacido en el lugar equivocado en un momento de la historia equivocado.
(Imágenes publicadas sin intención de violar derechos de propiedad)
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