domingo, 20 de junio de 2010

Mi Conflicto Interno Con Respecto A Las Adopciones Internacionales.

Todos conocemos el término adopción internacional. Angelina y Madonna se han encargado de mostrarnoslo hasta el cansancio. El retrato de la pareja caucásica que adopa al niño asiático o africano no podría ser más cliché.

No estoy en contra de las adopciones, no me entiendan mal. Reconozco y admiro a los padres que valientemente se han dedicado a prodigar amor a personitas que no llevan un solo gen de ellos en su sangre. La adopción, en su sentido puro y bien intencionado, no hace más que gritar amor.

Mi problema son las adopciones internacionales.
Por un lado, en este mundo existen situaciones de guerra, desastres naturales, y pobreza extrema que dejan a millones en la orfandad. Al mismo tiempo, hay también millones de personas que desean experimentar la paternidad, pero que por distintos motivos no pueden hacerlo de manera natural ni asistida. Entonces, pareciera que la solución es tan simple como contactar a los huérfanos con quienes buscan ser padres, y asunto arreglado. Las personas de los países más ricos podrían encargarse de los huérfanos de los países más pobres, y así todos ganan, ¿o no?

Pero precisamente esta situación de país-rico-se-impone-sobre-país-pobre es lo que activa la fórmula para el desastre. Las historias de adopciones internacionales fraudulentas no son para nada secretas. ¿Qué sucede cuando las personas de países ricos empiezan a demandar adopciones de países pobres de Asia, África o Latinoamérica? Una cosa es segura: si los ricos quieren algo, ellos lo obtendrán. Si hay una demanda, siempre habrá alguien que la supla; que oferte. ¿Quieren niños de Tailandia? Los tenemos. ¿Niños de Etiopía? No hay problema. ¿Una hermosa niña guatemalteca? Escójala de nuestro catálogo.
Y entonces empiezan a aparecer las garras del oscuro mundo de las adopciones internacionales del mercado negro.

Muchos de los niños que ofrecen las agencias de adopciones en los países ricos nunca llegaron a ser huérfanos. Tenían o tienen padres en algun lugar de un país pobre, donde la corrupción de las autoridades es escandalosa, los tratantes operan de manera impune, y el ciudadano común sólo tiene la esperanza de que su hijo le será devuelto por milagro divino, porque las autoridades no moverán un dedo para recuperarlo. Algunos entregaron a sus hijos voluntariamente, para que tuvieran una vida mejor, más oportunidades; mordieron el anzuelo de la caridad, del fingido amor evangélico que les prometió cuidados y cariños para sus pequeños. Otros menores fueron fácilmente arrancados de sus familias. Basta un descuido en el mercado para perder para siempre a ese hermoso bebé de ojos azabache y rizos angelicales. Basta un momento de letargo para entregar a la chiquita en pago de una deuda de juegos y adicciones. Y el resultado es el mismo: familias separadas, sufrimiento, injusticia, y destinos cambiados para siempre.

¿Cómo saber entonces si el niño que estoy adoptando de otro país es un huérfano “legítimo”, verdaderamente necesitado de un hogar y sin historias ocultas? ¿Cómo saber si no fue arrancado de los brazos de su madre prostituta, a minutos de haber nacido, para llenar los bolsillos de su proxeneta como un ingreso extra al venderlo a un tratante? ¿Cómo saber si no desapareció del hospital donde nació, sin una explicación convincente para sus padres? La verdad es que no hay manera de saberlo a ciencia cierta. Las autoridades de todos los países podrán alegar transparencia en los trámites y procesos burocráticos. Podrán alegar tener control estricto de todos los casos, pero la realidad ha demostrado lo contrario.

Todos los países ricos tienen niños carentes de padres o familiares biológicos que se encarguen de ellos en este mismo momento. Ya sea en orfanatorios, casas de asistencia privada, refugios, o en el sistema de casas de acogida, todos tienen un superávit de pequeños en necesidad de ser adoptados. Creo que antes de ver la adopción internacional como alternativa a la paternidad, los padres adoptantes deberían dar preferencia en sus sueños a los niños locales.
Esto representaría varias ventajas, por ejemplo un mejor acceso a la situación particular del menor, un mejor control del proceso o trámite para descubrir cualquier indicio de fraude, un menor gasto (las adopciones internacionales rondan las decenas de miles de dólares por menor vs los pocos miles de dólares que se invierten en una adopción local), un mayor sentimiento de identidad del menor en el nuevo núcleo familiar, y en general un proceso de adopción más sencillo y menos estresante. Un camino más fácil de transitar creo yo.

Personalmente, de ninguna manera acepto que la necesidad de las personas de desarrollarse como padres justifique, bajo ninguna circunstancia, la perpetuación del mercado negro de adopciones internacionales. Definitivamente la demanda determina la oferta, y como siempre que es así, los tratantes estarán ahí para satisfacer la demanda de seres humanos chiquitos, hermosos y abrazables, disfrazando el horrible crimen de la trata en un acto de amor y compasión como la adopción.

1 comentario:

  1. I have mixed feelings, too. I can see the possibilities for evil here.

    I personally knew a couple who adopted two little girls from an orphanage in China. They took this route because the waiting time in the US would have made them senior citizens before they could adopt a child.

    The little girls were adopted through legal channels from approved chinese orphanages and even with the fees it was still with in the parents' capability to have children. They were great parents and loved the little girls as their own. In many ways I saw them as better parents than many of our day care clients who had their kids 'the old fashioned way"

    HOWEVER, having said that, I STILL see your point. There is far too much opportunity for children to be stolen and abducted to be 'sold' to adoptive parents. I can easily envision that happening!

    I don't know what the solution is, but it is certainly fruit for thought!

    Thanks for pointing it out! How evil mankind can be!

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