De Los Novios-Tratantes de Tlaxcala

Es bien conocido que las mujeres y las niñas conforman la mayoría de las víctimas de la trata de personas. También sabemos que los indígenas son un grupo altamente vulnerable. En el estado de Tlaxcala, al centro del país, los tratantes han encontrado una verdadera- y al parecer inagotable- mina de oro en las mujeres y niñas* indígenas de la región:

Los novios-tratantes de Tlaxcala se han vuelto unos expertos en enamorar, manipular, controlar y explotar sexualmente a sus víctimas, y este “arte” es transmitido de los tratantes más experimentados a los más novatos, que aprenden en las enseñanzas de sus padrinos el criminal oficio de padrotear.

El arma principal con la que cuentan los tratantes es la seducción; el enamoramiento. Ellos enamoran a una jovencita de 15 o 16 años, la cortejan, la deslumbran, y usando una vieja costumbre lugareña, se la roban. Una vez que viven juntos, entonces él la convence de que hay un futuro mejor en algún otro lado; en otra ciudad, en otro estado. Entonces se mudan. Al llegar al otro lugar, resulta que las cosas no son como él las planeó, nada le está saliendo bien, no encuentra el trabajo que le prometieron, etc. La situación económica de los enamorados va de mal en peor, y el pobre hombre ya no sabe qué hacer.
Un día le comenta a la niña* que un amigo suyo está haciendo un buen dinero por medio de su esposa, que lo apoya prostituyéndose. Él no le propone nada la primera vez, pero los siguientes días vuelve a sacar el tema otra vez. Su terrrible desesperación ante la situación económica termina por convencer a la muchachita, y muchas veces es ella misma quien propone que contacten a su amigo para que la deje trabajar, todo para ayudarlo mientras a él le va bien. Y así empieza la explotación sexual de la menor. Una vez en esta etapa, será muy difícil que ella salga de este círculo vicioso. Él se volverá más violento y controlador, y lo que ella pensó que sería un sacrificio temporal de su parte, se vuelve una situación de explotación continua. Recordemos: Cualquier menor en situación de explotación sexual es víctima de trata de personas; el consentimiento no es válido cuando no existe la mayoría de edad, ya que la ley no le otorga a ningún menor la facultad de consentir a ser explotado.

En Tlaxcala, el poblado de La Meca** tiene unos 10,000 habitantes, y se estima que el 50% de ellos está el el negocio de la trata. Honestamente, no creo que las cárceles de todo el estado se dieran abasto para albergar a 5,000 personas más, si mañana en la mañana las autoridades de Tlaxcala se despertaran con ganas de trabajar, hacer cumplir la ley, y los atraparan a todos, pero esa es otra discusión.

La pobreza, la violencia de género, la prevalente actitud machista, el difícil acceso de las mujeres a la educación, algunos usos y costumbre indígenas (como la de “robarse” a la novia), aunados todos éstos a la corrupción e ineficiencia de las autoridades, hacen de Tlaxcala el caldo de cultivo perfecto para la trata. En particular, para ésta muy sui generis forma de trata de personas.



* Niña es un término internacional que aplica a cualquier mujer menor de 18 años.
** Por cierto, La Meca está en el municipio de Tenancingo, que ya fue noticia mundial debido a su peculiar situación de trata de pesonas para fines de explotación sexual.